Desde 2018, el CCXC se enfoca, como ‘fintech’ social, en ayudar a que las micro y pequeñas empresas del país se hagan productivas, eficientes, optimicen sus procesos y sobrevivan en un ecosistema altamente competido. ¿Cómo lo logran?
En el dinámico tejido empresarial colombiano, las micro y pequeñas empresas (pymes) representan un pilar fundamental. Datos al 2023 del Ministerio de Comercio Industria y Turismo revelan que en el país hay 1.704.168 empresas con matrícula renovada y activas, de las cuales el 99 por ciento son principalmente micro y pequeñas empresas.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Estas compañías aportan el 35 por ciento del PIB total del país y una porción muy relevante de empleo formal e indirecto. Por su parte Confecámaras reveló que en el primer semestre del 2024 se han creado alrededor de 175.000 nuevas pymes aunque el panorama es complejo: siete de cada 10 de esas empresas no sobrevive luego de cinco años, según la misma corporación.
Ese es el motor principal y foco estratégico del Centro de Consultoría para la Competitividad (CCXC), el cual nació en el 2018 y hoy ofrece soluciones de software, desarrollo a la medida y consultoría para la gestión empresarial que permita fomentar el crecimiento y sostenibilidad de las micro y pequeñas empresas del país.
Adriana Sarmiento Gutiérrez, CEO y fundadora del CCXC, explica que «se dice que la solución para los problemas de las micro y pequeñas empresas es un préstamo. Nosotros creemos que más allá de acceso al crédito muchas veces lo que estas empresas necesitan es aprender y recibir apoyo en el uso competitivo de su tiempo producir más y mejor. Y eso es lo que nosotros hacemos con tecnología y consultoría ajustadas a las necesidades y capacidades económicas y de conocimiento de las pymes”.
La génesis del CCXC estaba basada en una aplicación de planeación financiera. Sin embargo, la pandemia aceleró la necesidad de soluciones más integrales y adaptables, dando origen al ERP Diggi Pymes, un sistema modular, fácil de usar y económico. “Nos volvimos una empresa desarrolladora de software que tiene tres fuentes de ingresos: el desarrollo propietario de nuestras soluciones masivas; desarrollo personalizado a terceros con el cual creamos soluciones a la medida para empresas medianas y grandes; y las consultorías tecnológicas para clientes pequeños, para lo que necesiten. Les enseñamos desde cómo usar el computador, hasta cómo mejorar sus procesos, hacer más negocios, ventas, etc. para ayudar a que las pymes colombianas sean rentables, exitosas y sobrevivan”, afirma Sarmiento.
Diggi Pymes: un ERP social
Esta solución modular se presenta como una herramienta digital que no solo digitaliza, moderniza y automatiza procesos de negocio en cualquier pyme, sea cual sea su industria, sino que también las acompaña en su crecimiento.
Según la página ccxc.co, Diggi Pymes ofrece una amplia variedad de opciones y paquetes de contratación que van desde versiones gratuitas por 15 documentos digitales al año (facturas electrónicas, soportes, notas crédito, débito, ajustes), comenzando luego con paquetes desde 86.000 pesos al mes por 60 documentos hasta 535.000 mes sin límites.
Se trata de paquetes de software que no solo son económicos sino también muy fáciles de usar, lo que los convierte en herramientas valiosa para empresas con recursos limitados.
Camilo Rodríguez, gerente financiero y de producto, destaca el valor de la flexibilidad en los servicios de Diggi Pymes: «No somos la única empresa que ofrece facturación electrónica. Sin embargo, entendiendo que es un requisito normativo, hacemos análisis de mercado para que los precios de este servicio sean viables en el largo plazo para que las pymes garanticen una sostenibilidad de las finanzas”.
La capacidad de Diggi Pymes para ajustarse a diferentes necesidades empresariales es crucial en un mercado donde cada empresa tiene sus propias particularidades. La plataforma divide los costos estratégicamente por planes, permitiendo que las empresas paguen solo por los servicios que realmente utilizan, lo que resulta en un crecimiento sostenible y asequible.
Otra característica de la plataforma es que ofrece una amplia gama de funcionalidades, desde la facturación electrónica hasta la creación de sitios web. «Muchas personas creen que construir un sitio web es costoso porque necesitan un diseñador, un desarrollador, el dominio, etc., pero realmente con nosotros es muy sencillo y económico porque lo que queremos es que puedan hacerlo ellos mismos, con un acompañamiento, de una forma muy accesible», asegura Tatiana Molina, directora de experiencia al cliente.
La inclusión de la facturación electrónica y la integración con el sitio web permite a las empresas no solo cumplir con las normativas, sino también expandir su alcance y atraer a más clientes a través de internet. Esta funcionalidad es un ejemplo de cómo Diggi Pymes está diseñado para ofrecer soluciones prácticas y accesibles que responden a las verdaderas necesidades de las pymes.
Solo como ejemplo, el plan más básico permite que una micro empresa pueda tener un sitio web funcional y con tienda virtual por alrededor de $11.000 al mes, en un único pago anual, según se puede ver en la página del CCXC.
Además, el CCXC tiene planes para expandir aún más las funcionalidades de Diggi Pymes. Según Molina, «Tenemos proyectado incluir otros módulos en Diggi Pymes como contabilidad, planeación financiera e incluso incluir otros módulos para que los micro empresarios puedan manejar su empresa desde un solo producto y tener toda la gestión centralizada.»
Un enfoque integral: más allá del ‘software’
El éxito de Diggi Pymes radica en su enfoque integral. No se trata solo de ofrecer una herramienta tecnológica, sino de acompañar a los empresarios en su proceso de aprendizaje y adaptación. «Este tipo de empresario de pymes tiene una necesidad de acompañamiento en tecnología donde le enseñamos desde el principio como usar la plataforma, cómo entrar, cómo utilizar cada paso del software», explica Molina.
Es de destacar que el CCXC ha logrado identificar un nicho de mercado específico: aquellas micro y pequeñas empresas con una trayectoria de varios años, cuyos propietarios no siempre cuentan con conocimientos técnicos avanzados. «El mercado de tecnología se enfoca mucho en startups y pymes jóvenes que han tenido más oportunidades, desarrollo tecnológico y subsidios, pero nuestros clientes son aquellas micro y pequeñas empresas que tienen 20 o 25 años y siguen siendo pymes», señala Sarmiento.
“Es muy bonito recibir el agradecimiento de tantas empresas, de personas mayores, muchas de ellas mujeres, por el servicio y atención personalizada, enseñándoles desde cero a usar la tecnología en beneficio de sus empresas, las cuales no son valiosas únicamente por generar trabajo sino porque son el motor del Producto Interno Bruto del país”, explica Sarmiento.
Hacer que las pymes colombianas sean sostenibles es hacer patria
La CEO de CCXC es consciente de que con el poder de la información para la toma de decisiones que permite la tecnología, el futuro de muchas pymes se torna positivo: “a muchas de estas empresas antes de implementar una solución de software les enseñamos que no deben hacer presupuestos de ventas sino de gastos. Que calculen y entiendan que no se trata de cuánto van a vender y cuánta plata va a entrar, sino cuánto cuesta operar y mantener estable el negocio, para luego sí calcular cuánto se debe entonces vender. Hacer que las pymes colombianas sean sostenibles es hacer patria”, afirma Adriana Sarmiento.
El CCXC trabaja con una amplia gama de clientes, desde talleres de mecánica y almacenes de repuestos hasta veterinarias y comercios de leche. Esta diversidad demuestra la capacidad del centro para adaptar sus soluciones a diferentes tipos de negocios, garantizando que cada empresa pueda beneficiarse de un apoyo