Las autoridades capturaron a Pablo Andrés Pachón, quien habría sido el encargado de coordinar el crimen del auditor Hernán Franco. Estuvo presente, de incógnito, en el Parque de la 93, el día de los hechos.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Se trata de Pablo Andrés Pachón, un hombre de 30 años, quien para las autoridades parecía un fantasma y por eso la dificultad para dar con su paradero. No registra familiares cercanos, lugar de residencia ni profesión u ocupación. Sin embargo, al parecer, sí era reconocido en el mundo del crimen y era ahí donde se resguardaba de la persecución de las autoridades.
¿Pero cómo lograron las autoridades llegar hasta este criminal que parecía indetectable? Las cámaras de seguridad del sector del Parque de la 93, de los establecimientos de comercio y del edificio donde quedaba ubicada la oficina de Franco fueron claves para reconstruir el rompecabezas y dar con Pachón. Las mismas cámaras que registraron la muerte de Franco ubicaron a un hombre cuyos movimientos resultaron extraños para las autoridades. Había llegado antes del crimen que se perpetró en la mañana del 21 de febrero de 2024.
En los registros se le veía nervioso, ansioso y siguiendo el ataque criminal; desde la llegada del auditor a su oficina, su ingreso al parqueadero, cuando llegan los dos sicarios hasta la puerta, y luego, cuando emprenden la huida en medio del caos y el fuego cruzado que se presentó con escoltas que estaban en el Parque de la 93, todo lo supervisó Pachón.
Al mismo tiempo que el sicario disparó su pistola 9 milímetros contra el auditor y emprendió la accidentada huida, en la cual tuvo que encañonar a un mensajero y salir del lugar porque la moto del sicario que lo acompañaba no prendió, en las cámaras se ve cómo el nuevo e importante protagonista de este crimen también abandonaba afanosamente el parque.
SEMANA tuvo acceso a la audiencia de imputación de cargos contra Pachón en la que se detalla el rol protagónico de este hombre en el crimen. “Usted, Pablo Andrés, se movilizó hasta el lugar de los hechos junto con su compañero criminal, encargado de accionar el arma en contra de la víctima, y coordinaron en tiempo real toda la ejecución del homicidio, momentos previos, durante y posteriores al mismo. Siendo –aproximadamente– las 7 y 27 de la mañana de ese 21 de febrero del 2024, arribó la víctima a su lugar de trabajo, ubicado en la calle 93 B, número 11 A 44, en donde segundos después, en cumplimiento de ese plan criminal, su compañero de crimen se aproximó a Hernán Roberto Franco Charri (sic), quien se encontraba hablando por celular y, de forma sorpresiva, lo abordó por la espalda, desenfundando un arma de fuego y accionándola en contra de la humanidad”.
En la detallada descripción, la Fiscal contó cómo Pachón participó no solo en el crimen, sino en la huida: “Posteriormente a este ataque, el sujeto que accionó el arma emprendió la huida y usted, Pablo Andrés Pachón, abandonó el lugar de los hechos para dirigirse al mismo punto de la localidad de Suba con la finalidad de sacar del lugar a su compañero criminal”.
Lo que vino en la imputación es muy delicado y da cuenta del conocimiento profundo del plan criminal y la articulación del mismo por parte de Pachón, quien incluso forma parte de los chats con los sicarios que perpetraron el crimen.
“Usted también conocía que era parte de un plan criminal, mediante un acuerdo común y división de trabajo, cuya labor consistió en transportarse junto con la persona que accionó el arma, mantenerse en el lugar de los hechos para asegurar que se adelantara este atentado contra la vida de la víctima. Participó también en las llamadas grupales en las que se coordinó en tiempo real la ejecución de este homicidio y, por último, encontrarse con el sujeto que accionó el arma en el punto específico en el que arribó luego de cometer estos hechos, con la finalidad de sacarlo de ese lugar para que no fuera descubierto por las autoridades”, advirtió la Fiscal.
Lo más importante de esta nueva captura es que Pachón sería el eslabón entre los autores materiales o los sicarios y quien o quienes ordenaron la muerte del prestigioso auditor y sus motivos. Según las indagaciones de la Fiscalía, hay varias hipótesis, una de ellas es la turbulenta y compleja relación con la familia del dueño de una empresa arrocera y Hernán Franco.
Cuando el empresario fundador de la arrocera falleció, algunos de sus herederos le apostaron a dividir y controlar, pero algo salió mal y en la mitad quedó Franco. Además, apareció en la escena un nuevo accionista, un hombre oriundo de la ciudad de Pasto, quien logró comprar el 40 por ciento de las acciones de la empresa. Pero hay otras hipótesis que incluso podrían ser corroboradas por Pachón.
Tal como había revelado SEMANA, un hombre cercano a Franco, que estuvo tanto en la clínica como en su velorio “se le notaba nervioso”, no solo era cercano a él, sino que resultó siendo su socio, en una página web de contenido pornográfico, a la que le habrían invertido cerca de 2.000 millones de pesos.
“Él (sospechoso) tiene una empresa de sistemas y estaban desarrollando un sitio web para citas, un proyecto donde estaba el doctor Franco”, dijo un testigo que además entregó un libro con las pruebas que soportan las millonarias inversiones de Franco en el proyecto.
El negocio, aparentemente, los dividió y Hernán Franco le propuso a su socio la venta de un apartamento en Santa Marta como parte de pago por una millonaria deuda para continuar con el sitio web para adultos, que según los testigos estaba avaluado en más de un millón de dólares.
Este hombre fue la última persona que habló con Franco antes que el sicario ingresara por el parqueadero y le disparara. Fue una llamada que duró más de 30 minutos, llena de gritos, que solo terminaron cuando los tres disparos acabaron con la vida del auditor.
También en el radar de los investigadores está Jonathan Romero, el mismo que fue citado por la Fiscalía a una diligencia de declaración. Romero es hijo del fallecido dueño de El Arrozal, la empresa que se fracturó mientras la docena de herederos se disputaban el control y manejo de las acciones que finalmente terminaron, en un considerable porcentaje, en manos de un tercero.