Internacional

El papa dirigió su mensaje de Pascua a los conflictos en el mundo

Se refirió a los enfrentamientos en Gaza y en Ucrania, entre muchos otros. El papa Francisco dijo que “la guerra es siempre un absurdo y una derrota”.

Desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición urbi et orbi del Domingo de Resurrección, el papa dirigió su pensamiento “a las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania”.

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“La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”, alertó el papa.

Y agregó, “la paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”.

El papa instó entonces a “respetar de los principios del derecho internacional”.

Entre sus ruegos pidió “un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania”. “¡Todos por todos!”, aseveró.

El Vaticano había mediado en el pasado para el intercambio de prisioneros en los primeros meses del conflicto, pero posteriormente la misión diplomática de la Santa Sede se quedó estancada.

Francisco nombró al cardenal Matteo Zuppi para que se ocupase de una misión de mediación sobre todo humanitaria, como para que vuelvan a su país los niños ucranianos deportados a Rusia, pero por el momento no ha habido resultados.

Ayudas a Gaza y liberación de los rehenes

Francisco reiteró su llamamiento para “que se garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza, exhortando nuevamente a la rápida liberación de los rehenes secuestrados el pasado 7 de octubre y a un inmediato alto el fuego en la Franja”.

“No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos”, señaló el papa.

Y agregó: “Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota”.

No olvidar el resto de conflictos

También pidió no olvidar Siria, que lleva catorce años sufriendo la guerra, o el Líbano, afectado desde hace tiempo por un bloqueo institucional y por una profunda crisis económica y social, agravados ahora por las hostilidades en la frontera con Israel. Asimismo, instó a continuar las conversaciones entre Armenia y Azerbaiyán.

Solicitó “consuelo a las víctimas de cualquier forma de terrorismo” y rezos “por los que han perdido la vida e imploremos el arrepentimiento y la conversión de los autores de estos crímenes”.

Rogó también por la paz en el continente africano, especialmente las poblaciones exhaustas en Sudán y en toda la región del Sahel, en el Cuerno de África, en la región de Kivu en la República Democrática del Congo y en la provincia de Cabo Delgado en Mozambique. Pidió que Dios “abra vías de paz en el continente africano” y ponga fin a la prolongada situación de sequía que afecta a amplias zonas y provoca carestía y hambre”.

También citó la situación en la región de los Balcanes Occidentales, “donde se están dando pasos significativos hacia la integración en el proyecto europeo” y rogó para que “las diferencias étnicas, culturales y confesionales no sean causa de división”.

Y pidió que en Haití “cese cuanto antes la violencia que lacera y ensangrienta y pueda progresar en el camino de la democracia y la fraternidad”, y que “conforte a los rohinyá, afligidos por una grave crisis humanitaria, y abra el camino de la reconciliación en Birmania.

El papa no olvidó en su mensaje a los migrantes y aquellos que pasan problemas económicos para que encuentren esperanza y solidaridad y a los niños que “carecen de cuidados esenciales o son víctimas de abusos y violencia”.

Dudas sobre su salud

La Semana Santa, uno de los pilares del calendario litúrgico católico, contempla numerosas ceremonias que terminan con la Pascua y puede asemejarse a un maratón para un octogenario que se desplaza desde hace dos años en silla de ruedas.

La anulación del viernes reavivó los interrogantes sobre su capacidad para seguir liderando la Iglesia católica y sus 1.300 millones de fieles. Sin embargo, el papa reapareció para presidir con firmeza las ceremonias del sábado y el domingo.

Anteriormente, Francisco había dejado la puerta abierta a dimitir si ya no podía realizar el trabajo. Pero en unas memorias publicadas este mes, Francisco dijo que “no tenía ninguna causa lo suficientemente grave” como para hacerle pensar en dimitir. La dimisión es una “posibilidad lejana” que solo estaría justificada en caso de “un grave impedimento físico”, escribió.